sábado, 4 de mayo de 2013

De la deriva continental a la tectónica de placas


Alfred Wegener publicó "El origen de los continentes" que proponía la teoría de la deriva continental. Las primeras ediciones de este libro no despertaron demasiado interés. En 1992 el prestigioso H. Jeffreys (físico ingles que destacó por demostrar la relación entre el número atómico y la carga nuclear de los elementos, llamada en su honor Ley de Moseley) analizo la teoría de Wegener  y la calificó de “hipótesis imposible”
Con todo, el momento clave hay que situarlo en el Congreso de la Asociación Americana de Geólogos del Petróleo celebrado en 1926. Asistieron Wegener y Taylor y, con alguna notable excepción, se quedaron solos en defensa del movilismo. La teoría de la deriva continental fue rechazada.
Alfred Weneger murió en 1930 durante una expedición a Groenlandia de la que esperaba aportar pruebas definitivas de que América y Europa, aun hoy, se estaban separando. 




Valoración actual

Es sorprendente la gran cantidad de datos y aciertos en los argumentos aportados por Wegener en defensa de la movilidad continental, la mayor parte de los cuales continúan considerándose validos actualmente, salvo el desplazamiento, mucho más lento de lo que suponía el científico alemán. Los errores en su teoría se resumían a los siguientes:

- Las causas de los movimientos continentales no son las sugeridas por Wegener.

- Los fondos oceánicos no constituyen un “tapete” fijo sobre el que se desplazan los continentes, como suponía Wegener. Los fondos oceánicos también se mueven, a veces junto con los continentes y a veces de manera autónoma.

No puede extrañar ninguno de estos dos puntos ya que se conocía muy poco acerca del interior terrestre y casi nada sobre los fondos oceánicos.




El difícil camino hacia el movilismo


Las ideas movilistas siempre han contado con algún defensor:
Uno de los apoyos más destacables se lo proporcionó Arthur Holmes (geólogo británico) al indicar que el manto terrestre se encontraba agitado por corrientes de convección. 
El resurgimiento del movilismo en los años cincuenta esta marcado por avances tecnológicos. Así, el sónar  permitió conocer mejor la topografía de los fondos oceánicos y descubrir la existencia de un relieve submarino de más de 60.000 Km. de longitud: la dorsal oceánica.
La utilización del ordenador permitió a Bullard, en el año 1964 comprobar que el encaje de los continentes era casi perfecto si se les añadía la plataforma continental.
En 1965, Tuzo Wilson introdujo el término placa para referirse a grandes fragmentos de litosfera que se movían de forma unitaria.
Tres años más tarde se cuenta ya con un desarrollo completo de la teoría de la tectónica de placas. Según esta teoría la litosfera esta dividida en fragmentos o placas, que se mueven debido a la agitación térmica del interior terrestre y esos movimientos originan vulcanismo, sismicidad, cordilleras y cambios en la distribución de tierras y mares.



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